Además de lo explicado anteriormente, estas sillas nos ofrecen también:
ASIENTOS ERGONÓMICOS: Con elementos que reducen la carga sobre el partes de una silla ergonomica para oficinacoxis, control de la posición de la pelvis, balance del régimen de temperatura en la zona de la pelvis, (debido a la circulación de aire).
INCLINACIÓN ASIENTO: Dos posiciones independientes del asiento (para posición de escritura y para trabajo con ordenador). Esta regulación nos permite trabajar sobre la mesa sin perder el contacto con el respaldo, consiguiendo una perfecta adaptación.
REGULACION DE TENSIÓN: Manivela lateral que regula la firmeza del balanceo del respaldo y que nos permite tener la espalda apoyada en el respaldo aunque nos desplacemos hacia delante.
RESPALDO POSTURAL: Unas protuberancias en el respaldo hacen que nuestra columna esté apoyada sobre la parte central del respaldo, aportando gran confort a nuestra espalda e impidiendo que ésta se desvíe de su correcta posición.
Todos estos mecanismos nos permiten disponer de sillas de oficina verdaderamente ergonómicas, que solucionan los problemas que se originan por el uso de sillas de oficina no ergonómicas.
Si ya tenemos claro lo importante que es usar sillas de oficina ergonómicas, la siguiente pregunta sería: ¿son caras?
Pensemos ahora en ese 90% del tiempo que estamos sentados y que, tanto nuestra salud como rendimiento, se pueden ver afectados por una mala elección de la silla; además de los trastornos como ir al médico, realizarse pruebas, y aún así es posible que no nos podamos recuperar nunca de los daños ocasionados a nuestra espalda.
La verdad es que tienen mayor precio que una silla convencional o falsamente ergonómica (cosa que nos encontramos con demasiada frecuencia)- Lamentablemente la «etiqueta» ergonómica se ha convertido en algunos casos en un término de marketing, en vez de referirse a las cualidades que debe reunir el producto, para posteriormente aplicarle el concepto «silla ergonómica» con propiedad.
La pequeña diferencia en precio se ve ampliamente compensada por los beneficios que aporta y los problemas que evita. Si los evaluamos en términos monetarios, podríamos decir que no son más caras ya que invertimos en nuestra salud directamente.